Destino del Dragón, Prólogo
por Rich Wulf
Traducción de Mori Saiseki
Una vez había un intrépido shugenja llamado Yozo, un héroe
de las Guerras de los Clanes.
Al final de su carrera se
retiró a una vida de contemplación y adoptó un nuevo nombre, Masoboru. Tras años de servicio, fue nombrado abad de un
pequeño monasterio en tierras Grulla. Su vida era idílica,
y estaba contento. Pero
su alegría duró poco, ya que durante la Guerra de los Espíritus su orden se
llenó de corrupción y maldad egoísta, usando honestas donaciones de los
campesinos como fondos para las mercenarias legiones del Crisantemo de Acero. Luchando
durante años contra esta mundanería, la mente de Musaboru
acabó rompiéndose, y en un ataque de ira invocó un oni
para que compartiese su nombre. Con ansia, el demonio hizo suyo la ira
justiciera de Musaboru, destruyendo furioso muchos
templos corruptos. Musaboru recuperó el juicio cuando
el oni destruyó todo un monasterio solo por permitir
que una copia del Tao se hubiese manchado con barro. Apesadumbrado por el dolor,
desterró al oni a Jigoku y
se quitó la vida.
Cuando Fu Leng luchó en los cielos, Musaboru
no Oni estaba entre sus fuerzas. La hambrienta
criatura consumió bastantes Fortunas menores, creciendo su poder con cada
muerte. Desafortunadamente para el demonio, el espíritu de Musaboru
nunca sucumbió totalmente a la oscuridad.
El pesar del monje junto a
la inquieta esencia de los dioses que había asesinado actuó para llenar el vacío
dejado en los Cielos Divinos. Del poder del oni nació
una nueva criatura: Yozo, la Fortuna.
Tanto Yozo
como Musaboru no Oni son únicos
entre sus especies.
El demonio personifica la
ira de Musaboru, pero lleva dentro de él una pequeña
chispa de justicia. El dragón personifica la piedad de Musaboru,
pero también lleva un algo de amargo cinismo. Los dos no pueden seguir co-existiendo, ya que la presencia del otro es un dolor
insoportable.
Los dos seres han llegado a
Ningen-do, y se enfrentarán entre si por primera y única
vez en el reino de los mortales. Pero el mundo mortal es un lugar impredecible,
y sus destinos aún no están escritos. Un samurai mortal estará en medio de su
lucha y decantará la balanza en favor de uno u otro. Al hacerlo, el samurai ganará
algo de poder y sabiduría, y una de las dos criaturas será destruida para
siempre.
El jugador de cada facción
que quede mejor en este torneo votará para determinar quién vencerá: la Fortuna
Yozo o el demonio Musaboru.
De la facción jugada por el ganador saldrá el héroe que se verá envuelto en
esta historia. Si el mazo ganador es corrupto o Manchado, y el demonio vence, se
convertirá en un Verdadero Señor de los Oni. Si gana
un mazo honorable y el dragón es el que vence, Yozo se
convertirá en un verdadero dragón.
En cualquier otro caso, el
dragón y el demonio se destruirán entre si, aunque el ganador (según determine
la votación) seguirá dando sus poderes a este héroe mortal.