El Relato de Kachiko, 2ª Parte
Shadowlands
Traducción de Mori
Saiseki
La
inmensa habitación estaba quieta y en silencio. Ella estaba sola. Sus pisadas
la llevaron hacia el Trono Esmeralda de la Dinastía Hantei y miró hacia el
alto-relieve que representaba la diosa del sol, al primer Emperador y a la
fisura que separaba a ambos. Sombras cayeron sobre la imagen, haciendo que la
rotura pareciese más profunda de lo que era en realidad, o quizás las sombras
revelaron su verdadera profundidad.
“Los primeros pasos se han llevado a cabo, dulce Madre Sol,” susurró. “Ya, uno
de tus elegidos ha caído. He herido a uno de tus Siete Truenos.” Había un
pequeño resonar risueño en su voz. “Le eché de la luz de tu favor. Ya no es
nada.” Sus dedos acariciaron la cabeza de león gravada en el trono. “La
siguiente caída será aún más deliciosa que la del Grulla”
Se giro, los pliegues de su kimono plegándose alrededor suyo y cayó en los
brazos del Trono Esmeralda. Solo la oscuridad oyó su risa. Dijo, “¿Aramoro?”
La oscuridad contestó. “¿Si, mi Señora?”
Los párpados de sus ojos se cerraron suavemente. “¿Ha hecho Kisada su alianza
con las tierras oscuras?”
La oscuridad volvió a contestar, “Si, mi Señora.”
Ella sonrió. “Excelente.”
“Pero hay otras novedades que me preocupan.”
Ella se acurrucó en el Trono, sus ojos cerrados y su sonrisa firme. “¿Si,
cuales son?”
“El Señor Toturi lidera un ejército de samurai Dragón.”
“Ya sabíamos eso, Aramoro. No me has dicho nada nuevo.”
“Lleva con él los ejércitos de los Naga.”
Su espalda se enderezó y sus ojos se abrieron de repente. “¿Naga?”
“Si, mi Señora.”
Truenos resonaron en la distancia mientras la oscuridad esperaba sus órdenes.
Sus ojos parecieron perdidos por un momento, pero luego retomó el control de
sus pensamientos. “El pánico no nos servirá en este momento,” dijo ella. Luego,
miró otra vez a la oscuridad. “Díselo al Señor Kisada. Sugiérele al Gran Oso
que Yakamo nos serviría bien en esta situación. Estoy segura que llegará a la
misma conclusión.”
“Si, mi Señora.” La oscuridad volvió a quedarse en silencio.
“¿Naga?” Ella susurró. “Es
verdad, la situación ha cambiado.” Pero entonces recordó a la joven samurai
Dragón que había dejado recientemente el palacio y sonrió. “Una pequeña
sorpresa de mi parte, Señor Togashi,” dijo. “Solo deseo poder ver bajo esa
mascara vuestra cuando veas cuanto ella ha cambiado.” Fue necesario toda la
voluntad de Kachiko para no llenar la habitación con su risa victoriosa.
Cuatro meses han pasado desde que las tormentas de la guerra llegaron a Rokugan.
La faz del Imperio ya ha cambiado. Los pacíficos campos verdes moviéndose como
el agua, se han convertido en yermas tierras quemadas, empapadas con la sangre
de los samurai caídos. Y si los días no eran lo suficientemente oscuros,
noticias sobre la traición de Doji Hoturi se habían extendido como el fuego por
el Imperio. El Señor Grulla lideró un ejército de hombres locos contra su
propio Clan en la Batalla del Castillo Kakita, y si no hubiese sido por los
ejércitos Fénix, Unicornio y Dragón (liderados por Shiba Tsukune, Otaku Kamoko
y por el ronin, Toturi), los Grullas hubiesen sido destruidos. Los ejércitos
Cangrejo fueron obligados a retirarse de su santuario en el Paso Beiden hacia
sus propias Provincias. Hida Sukune había sido derrotado una y otra vez por el
caído Campeón León, Toturi, y ahora vuelve al hogar a encontrase con su furioso
padre, el Gran Oso Hida Kisada, mientras que los Unicornio mantienen el Paso
Beiden, la encrucijada del Imperio.
Mientras tanto, el Clan Fénix ha descubierto que los prohibidos Pergaminos
Oscuros han sido abiertos. Oscuras profecías rodean la apertura de los
Pergaminos, y mientras el Clan Fénix esperan la vuelta de su Maestro de la
Tierra de sus investigaciones por las Tierras Sombrías, se preguntan que
malvada fuerza puede haber sido liberada al abrir los Pergaminos.
El Emperador cae cada vez más profundamente en un trance parecido a la muerte,
mientras que lo que queda del Clan Escorpión forma un oscuro plan de venganza
dentro del Palacio Imperial. Los seis Clanes se pelean militarmente entre ellos
mientras el Escorpión se hace más fuerte, como si estuviesen quitándole la
propia vida al Hantei que lentamente se muere.
En el Oeste del Imperio, Mirumoto Daini había vuelto. Dos meses atrás, el ronin
Toturi le había mandado a buscar ayuda contra los crecientes ejércitos de
criaturas de las Tierras Sombrías, y había vuelto con un ejército – un ejército
Naga. El legendario pueblo serpiente ha venido al Imperio con un simple
propósito: para poner fin a la Guerra de los Clanes, ya que si Rokugan no se
une para luchar contra la creciente maldad de las Tierras Sombrías, saben que
ambos Imperios serán destruidos.
Pero ejércitos León están al borde de las Tierras Grulla, esperando la orden de
atacar, y los Unicornios saben que solo es cuestión de tiempo el que uno de sus
compañeros intente conseguir el control del Paso Beiden. Ahora, más que nunca,
ha llegado el momento para la acción. El tiempo de un lejano trueno ha pasado.
Una oscura sombra ha caído sobre el Imperio, y solo la unidad podrá detenerla.